Siempre se puede improvisar

El teatro siempre ha atraído la atención de la sociedad, desde tiempos inmemoriales. Madrid es uno de sus epicentros y el Teatro Real, con su programación, sigue convocando a multitud de personas cada día en torno a sus obras más clásicas, como la Traviata o Carmen.

Igualmente, también la Gran Vía se ha convertido casi en el Brodway español, con una multitud de musicales de gran producción y que llevan ya muchos años en cartel, como el Rey León, sin ir más lejos.

Pero no hace falta disponer de grandes espacios y salas de lujo para hacer teatro, basta tener la voluntad y un lugar – en invierno es conveniente que este sea cubierto – y convocar al público.

Así han nacido distintas salas alternativas por toda la ciudad de Madrid y han surgido también otras fórmulas interesantes como el microteatro, donde tanto el espacio, el público, los actores y el dinero de la entrada es reducido.

En este maremágnum de nuevas ideas, también viene pisando fuerte el teatro de improvisación, algo que en los últimos años se ha convertido en un arte y ha despertado el gusanillo de la imaginación y la creatividad a muchísima gente.

Se pueden encontrar distintos espectáculos de improvisación en la ciudad, tanto en teatros como en bares. El Teatro Maravillas, en Malasaña, con Jamming Show, Improimpar, en el Teatro Bellas Artes o Corta el Cable Rojo, en Pequeño Teatro Gran Vía, llevan ya muchas temporadas arrancando una sonrisa a su público y haciendo que ellos, en muchas ocasiones, sean los guionistas de las historias que llevan a escena en tiempo real.

Además de los espectáculos, las formaciones también actúan en bares, cafés o salas más pequeñas con un público más reducido y ofrecen igualmente cursos para quien quiera echar a volar su imaginación con las únicas herramientas de cuerpo y palabra, tanto cursos intensivos como semanales. ¿Te atreves?

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