El Penta se transforma en restaurante
Renovarse o morir. Esta frase hecha es la frase por excelencia en este 2020 en el que muchos negocios ven cómo corre el calendario, pero no lo hace por igual el virus, que parece haberse instalado y no querer moverse.
Ver las persianas bajadas de muchos bares y tiendas provoca una sensación de desesperanza importante, sobre todo cuando son lugares que ya forman parte del patrimonio de la ciudad, lugares tradicionales en los que si sus paredes hablasen contarían mil historias.
Uno de sus lugares es el Penta, en el corazón de Malasaña, uno de los bares más frecuentados en los tiempos de la Movida Madrileña – con mayúscula, porque el movimiento se conoce, incluso, a nivel internacional.
El Penta, el Bar de la Chica de Ayer, abría sus puertas en un lejano 1976 y conquistaba a todos los artistas y jóvenes amantes de la buena música y las ganas de vivir.
Artistas de la talla de Almódovar, Alaska o Los Secretos se daban cita no pocas noches entre sus paredes, pero si hay alguien que no se olvida y al que se le rinde homenaje por ese cariño mutuo es Antonio Vega.
Con su Chica de Ayer el Penta cerraba cada noche hasta marzo de 2020, primavera en que la pandemia ha hecho que, en una lucha por la supervivencia y con el mismo espíritu que lo vio nacer, se haya acogido a la alternativa ofrecida por la Comunidad de Madrid de poder transformarse y dar un servicio de restauración.
El Penta no abandona su esencia y prueba de ello es la frase de Antonio Vega extraída de Lucha de Gigantes que se puede leer al final de la carta: “Dime que es mentira todo, un sueño tonto y no más”.
Sueño o realidad, lo cierto es que el Penta no abandona y sigue sumando años de historia madrileña a través de sus platos, sus sabores y su historia.
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