Guía abreviada del terraceo básico

Latineo, terraceo, cañoteo, cubateo, mojiteo. Estos ‘palabros’ han llegado para quedarse. No obstante, como llegaron se irán, no cunda el pánico. Dicho esto, las terrazas sí que, a no ser que el Manzanares sea víctima de un tsunami, sí que son para siempre. La plaza del Dos de Mayo es un buen punto para iniciarse en el citado terraceo. La del Pepe Botella, Maravillas o el 2D te ofrecen lo mejor de este formato de ocio: cervezas bien tiradas en un entorno agradable, urbano y algo canalla. Date un garbeo por la anexa calle Velarde, con un montón de tiendas de ropa de primera y segunda mano que seguro te encantarán. ¿Otros lugares fundamentales de Malasaña para la práctica del terraceo? La plaza San Ildefonso y la plaza Juan Pujol.

En La Latina, un clásico es la plaza del Humilladero, con ese sabor a historia madrileña, con otros rincones cerca también muy simpáticos, como la plaza de la Paja, con los afamados mojitos del Delic, o a dos pasos, la calle los Mancebos, que culmina en una escondida plazoleta frente a la Taberna Angosta, donde sirven también unos mojitos muy ricos.

Obtendrás puntos en el carné del terraceo en otra plaza muy agradable: la del Rey. Próxima a la Gran Vía y perpendicular a la calle Barquillo, con la taberna Revoltosa, como una de las más encantadoras del lugar, con una interesante carta para picar.

En otro punto de la ciudad, siempre sin salirnos del centro, encontramos más terraza con encanto. Hablamos de la plaza Guardias de Corps, pegadita al centro Conde Duque, que bien merece una visita por el valor de su continente como de su contenido. Del 3 al 30 de mayo, LaborArte, un festival multidisciplinar con un montón de actividades, que no deberías perderte (como la conferencia del prestigioso folclorista Joaquín Díaz, sobre ‘Los cantos del trabajo)’. No todo va a ser terraceo. O sí, pero enriquecido.

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