La fiesta de la trashumancia
El 80% del territorio español se puede denominar como medio rural y sin embargo, donde se encuentra la mayoría de la población, es en las ciudades.
Mucho ha pasado ya de ese éxodo rural y ahora, aunque de otra forma, se sigue dando, dando también lugar a nuevos problemas y nuevos términos como el despoblamiento rural.
Este concepto empieza a escucharse últimamente, porque es una realidad. Los pueblos se están vaciando a favor de las ciudades, con más empleo, más servicios y más oferta cultural y de ocio.
Los pueblos siguen sobreviviendo malamente, como diría Rosalía, pero hay quienes no desisten y no quieren renunciar a cultivar los campos, a pasear sus rebaños y a seguir produciendo riqueza, siendo el primer eslabón – y el más importante – de la cadena que produce los alimentos que llenan nuestra despensa.
En una suerte de revival, cada año en Madrid se celebra la fiesta de la trashumancia. Las ovejas dejan de pisar hierba para sentir el asfalto de la gran ciudad. Este 2018 se celebraba el 25 aniversario de esta costumbre, de este desfile de ovejas por la capital, iniciativa del Ayuntamiento de Madrid con la Asociación Trashumancia y Naturaleza con el objetivo de que se aprobara la nueva Ley de Vías Pecuarias.
Este año, por este aniversario de plata, el cortejo que partía de la Casa de Campo llegaba hasta Neptuno, finalizando de nuevo en el punto de partida con una gran comida de todos los participantes.
La Cañada Real, que discurre por la asfaltada calle Alcalá, ha sido testigo una vez más del paso de estos rebaños de ovejas merinas que llaman a la atención, a mayores y pequeños, sobre la importancia de este trabajo y de todo el sector productor.
El año que viene el recorrido volverá ser el original y los que se perdieron esta cita, en 2019 tendrán una nueva oportunidad.
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