La Puerta de Toledo, historia y origen
La Puerta de Toledo es una de las cinco puertas reales de Madrid, junto a las de Alcalá, Atocha, Segovia y San Fernando. Recordemos que la ciudad tenía una muralla y los accesos a la misma eran controlados a través de quince puertas y portillos que permanecían abiertos durante el día y cerrados durante la noche.
En realidad, ha habido cuatro puertas con esta denominación a lo largo de la historia de Madrid, siendo la actual la más reciente y la única que se conserva. Y es que a medida que la ciudad iba creciendo, se fueron reubicando nuevas puertas a lo largo de la calle Toledo para ganar extensión.
La actual se comenzó a construir en 1813, durante la ocupación napoleónica, para conmemorar el advenimiento de José Bonaparte. Paradójicamente, para 1827, año en que se terminó la obra, sirvió para celebrar la victoria sobre él y la restauración de Fernando VII en el trono, según puede leerse en la fachada interior: “A Fernando VII el deseado, Padre de la Patria, restituido à sus pueblos, exterminada la usurpación francesa, el Ayuntamiento de Madrid consagró este monumento de fidelidad, de triunfo, de alegría”.
Su arquitecto fue don Antonio López Aguado, discípulo del célebre Juan de Villanueva y autor también de otros importantes monumentos de Madrid como el Teatro Real, el Casino de la Reina, el palacio del duque de Villahermosa (sede del Museo Thyssen-Bornemisza) o el edificio Villanueva que hoy forma parte del Museo del Prado.
Las esculturas que adornan su parte superior fueron diseñadas por José Gines y talladas por Ramón Barba y Valeriano Salvatierra, y escenifican, en la fachada sur, una alegoría de España y sus provincias, y en la interior, el escudo de la ciudad. También adornan los extremos sendos grupos escultóricos, semejantes a los de la Puerta de Alcalá, que representan trofeos decorativos.
La Puerta de Toledo es de estilo neoclásico, tiene tres aberturas: dos rectangulares y una en forma de arco. Está construida en granito con apliques de piedra caliza como elementos ornamentales, coronada con un grupo escultórico de piedra. Estos pesados materiales suscitaron canciones cómicas entre el pueblo madrileño, muy dado a las chanzas, en las que se referían a la Puerta de Toledo como “Un elefante de piedra /cebado con adoquines”.
Escrito por Laura Blanco
Categorías: Madrid Turismo
Deja un comentario