La zapatilla vuelve a Lavapiés
Hay sitios que son patrimonio de las ciudades, más allá de plazas, edificios emblemáticos o estatuas. Estos sitios suelen ser negocios de toda la vida, bazares que sobreviven a la modernidad a su alrededor o bares con solera.
Ya se vio hace unos años la tristeza aflorar cuando el Café Comercial cerraba sus puertas. Las muestras de cariño de Madrid fueron tales que alguien decidió que merecía la pena volver a reabrir sus puertas, quizá con un toque más moderno que dejara solo ver un poquito lo que fue durante muchos años en esta esquina de la Glorieta de Bilbao.
Algo así ha sucedido también a Melo’s, el mítico bar de Lavapiés famoso por sus croquetas y sus zapatillas, tostas bocadillos de lacón y queso fundido que pueden pesar alrededor de 1 kg. Ir a Melo’s era sinónimo de hacerse un hueco en la barra y
de deleitarse con sus especialidades sin preocuparse de nada más que de disfrutar.
Llevaba más de 40 años abierto en la calle Ave María 44 y a principios de 2020 echaba el cierre por jubilación, y a finales de 2020, en un año tan difícil como el vivido, decidía cerrar sus puertas por jubilación de sus propietarios y al no poder continuar el negocio la hija de éstos.
En cualquier caso, su cierre provocó un gran pesar a todos los vecinos del barrio, y los que no eran vecinos, que acudían a probar esas croquetas con ese bechamel tan característico.
Pero no todo tiene que tener un final cerrado. Hace pocos días saltaba la noticia de que tres jóvenes del barrio se ocuparían de reabrir el Melo’s, de hecho ya está abierto, y han mantenido la carta intacta, intentando respetar los sabores y texturas de sus tapas más famosas.
Los anteriores dueños ya han pasado por ahí y han dado sus bendiciones. Larga vida al Melo’s.
(Foto extraída de Noticias de Madrid)
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