Las castañas en Madrid
Septiembre marca el fin del verano y la ciudad de Madrid poco a poco se despereza del letargo de agosto. Las calles se van llenando, el tráfico se va asentando como marca propia y poco a poco se vuelve al tran tran.
El otoño comienza a aparecer con los anocheceres tempranos y con las tradiciones de siempre preparándose para salir. Una de éstas son los puestos de castañas.
El olor a este fruto siempre ha sido característico de los inviernos de Madrid. Puestos como los de Príncipe Pío, Sol o Callao han colmado la felicidad de tantas familias a lo largo de su historia, porque si algo tiene la profesión de castañero/a es que se pasa de generación en generación.
Una profesión estacional pero que se intenta, a veces, combinar con otra que poder hacer en el periodo estival, como la venta de helados – cada vez más desestacionalizados.
Actualmente, el cambio climático, que parece ser imparable, está provocando inviernos mucho más calurosos , impactando de lleno sobre los castañeros que cada vez ven más reducidos sus meses de trabajo en la calle ya que, al no hacer frío, no apetece tanto algo caliente.
En cualquier caso, además de la venta ambulante, para los amantes de la naturaleza, existe la posibilidad de hacer la famosa ruta de los castaños, colindando con las provincias de Ávila y Toledo. Se trata de una ruta circular de 9 km, apta para todos los públicos, donde se puede ver y vivir el castañar más grande de la Comunidad de Madrid, ubicado en el pueblo de Rozas de Puerto Real.
La castaña, considerada como fruto seco, es un alimento además muy rico en nutrientes. Es saludable y tiene importantes beneficios, tanto para la piel y el cuerpo como para la mente y el corazón, haciendo incluso que el descanso sea mejor, así que cada vez va ganando más adeptos.
Categorías: Madrid Turismo