Lugares de ensueño a poca distancia de Madrid
Las olas de calor han hecho mella en la ciudad de Madrid. Durante el mes de julio se ha visto como nunca antes toda una suerte de sistemas para aguantar las duras jornadas de turismo sobre una ciudad que pareciera que atrapase el calor: abanicos, gorras, botellas de agua, miniventiladores portátiles…
Visitar los museos a las horas más calurosas es una práctica cada vez más usual, pero, ¿qué hacer cuando, hasta por la noche, los termómetros marcan cerca de los 30C? Si algún día se iba a aprovechar a hacer alguna excursión, hay que tener en cuenta la temperatura de destino y de origen y coordinarlas y quizá priorizar la provincia de Ávila a la de Toledo, donde suele hacer mucho más calor.
Entre los lugares a visitar está sin duda El Barco de Ávila, un pequeño pueblo que colinda con Salamanca y Cáceres, bañado por el río Tormes. Allí se puede desconectar, disfrutar de la gastronomía, refrescarse en el río y, sobre todo, admirar las huellas de otros tiempos que entraña la ciudad, desde su antigua muralla hasta el puente románico en excelente estado de conservación.
La Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora tampoco tiene desperdicio. Datada del siglo XII y reformada en el siglo XIV, fue declarada Monumento Histórico – Artístico en 1931. Llama la atención su sencillez, propia de la época y el estilo, y su recogimiento.
Además de la iglesia, la plaza y la calle Mayor, el Castillo de Valdecorneja es otro enclave que, sin duda, hay que ver. Situando sobre el valle Tormes, esta fortaleza está datada del siglo XII y reformada en el XIV, como la iglesia. A pesar de estar un poco alejado de la ciudad, se puede ir perfectamente a pie sin tardar mucho y es un lugar de visita obligada.
Un baño en el Tormes, unas patatas revolconas con torreznos o un paseo por la calle mayor son otras actividades que se pueden hacer en este pueblo, sin olvidar, por supuesto, comprar los alubias que de tan famosas, tienen hasta un museo.
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