Madrid no para, coge impulso
El 15 de marzo comenzó oficialmente el estado de alarma en todo el territorio estatal. Esto ha significado que muchas empresas hayan mandado a sus empleados a casa a teletrabajar. Ya una semana antes habían cerrado los colegios.
Madrid se vació progresivamente, más cuando, dos semanas después se han hecho más severas las medidas para reducir al mínimo la circulación de personas y así disminuir las posibilidades de contagio.
La ciudad ha sido el epicentro de esta pandemia en nuestro país, hiriéndola gravemente y desterrando ese trajín y dinamismo que siempre se ha vivido en sus calles, llenas de color, de música, turistas y vida.
Es probable que esa misma efervescencia que hace única a la ciudad haya sido la que se haya encargado de propagar tan rápidamente el virus, porque Madrid es contacto personal, es cercanía, son abrazos, sonrisa, es caminar al lado o es el metro lleno de gente a hora punta.
Madrid es todos los conciertos, teatros, musicales y óperas que celebra. Es un gol en el Bernabéu o en el Wanda, pero también en el Estadio de Vallecas o en el Coliseum Alfonso Pérez.
Madrid se ha vaciado de visitantes que han vuelto a sus lugares de origen también para confinarse. Pero la ciudad no para, está cogiendo impulso y lo hace en cada aplauso a las 20h de la tarde, en cada palabra de aliento a los enfermos, a los sanitarios, al personal de supermercado, a la industria farmacéutica, a los agricultores y ganaderos y a todas aquellas personas que permiten que la rueda de la vida siga girando y que el tiempo que pasamos en casa, sin poder salir, sea lo más agradable posible.
La incertidumbre se respira en las calles vacías de abrazos, pero a pesar de todo, la ciudad se mantiene fuerte para celebrar una gran fiesta cuando todo pase.
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