Viva la siesta: o dónde echar una cabezadita en pleno Madrid

Una de las grandes virtudes del inglés es su capacidad para asimilar barbarismos sin complejos. Del castellano ha adoptado términos como “patio”, “conquistador”, “toreador”, “paella”, “fiesta”, “machismo” y, por supuesto, “siesta”. Quizá parte de ese léxico no nos deje en muy buen lugar como país, pero lo que está claro es que los beneficios de esta última actividad (en el mundo anglosajón también recibe el apelativo de power nap, quién sabe si para quitarle las connotaciones de holgazanería) han quedado sobradamente demostrados por la ciencia. El principal problema es que en las grandes ciudades está complicado echarse una cabezadita si no se dispone de una habitación en un hotel o el domicilio propio nos pilla algo a trasmano.

Siesta and Go, inaugurada el pasado mes de junio, es una iniciativa que cubre esa necesidad facilitando un espacio para disfrutar de un breve descanso antes de retomar las obligaciones de la jornada. Ubicada en el barrio madrileño de Nuevos Ministerios (C/ Orenses, 10), en plena zona de oficinas, ofrece siestas por minutos y la posibilidad de leer la prensa, cargar el móvil o desconectar simplemente del tráfago cotidiano. Siesta and Go cuenta con diversas opciones que van desde un sillón o puf hasta una habitación individual, pasando por la opción de literas, con precios que oscilan entre los 0,03 € y los 0,23 € por minuto. Sus promotores indican que se trata de un servicio ya común en otras ciudades del extranjero como Nueva York, París, Londres, Bruselas o Tokio, lo cual no deja de ser irónico, teniendo en cuenta que España es la “cuna” de la siesta.

Hasta ahora el siestódromo madrileño por excelencia era el parque del Retiro, que no es mala opción cuando hace buen tiempo, pero esta nueva alternativa permite profesionalizar un poco esa práctica que Francisco Umbral bautizó jocosamente como el “yoga ibérico”.

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